Himno de la Anarquía (ca. 1925)
El “Himno de la Anarquía”, escrito por Alejandro Escobar y Carballo, utiliza la melodía de la canción nacional chilena y reinvindica los ideales del anarquismo, al tiempo que ironiza y subvierte los valores nacionalistas promovidos en la canción nacional. Se caracteriza por hacer un llamado a la clase trabajadora para alzarse contra la explotación y conseguir la libertad.
Ficha
Texto: Alejandro Escobar y Carvallo
Música: Ramón Carnicer y Batlle
Temas: Anarquismo, derechos laborales.
Publicada en: Cancionero revolucionario, recopilado por Armando Triviño (Santiago, Ed. Lux, 1925)
Grabación
Contexto
Dentro de los movimientos revolucionarios de izquierda que proliferaron en Chile a fines del siglo XIX, el anarquismo fue uno de los que encontró mayor adhesión entre la clase obrera. La cuestión social, que tenía consecuencias críticas en la salud física y emocional de hombres, mujeres e infancias, motivaba a gran parte de la fuerza de trabajo a unirse a las protestas que pretendían desmantelar al Estado burgués.
En la década de 1920, el anarquismo alcanzó su auge debido a la gran cantidad de trabajadores y trabajadoras que congregaba. Esto permitió que, incluso, sus adherentes se organizaran a nivel institucional con la fundación de la Federación Obrera Regional de Chile (FORCH), que se encontraba afiliada a la International Workers of the World (IWW). Sin embargo, en el siguiente decenio los movimientos anarquistas se enfrentaron a sus símiles izquierdistas, como el comunismo y el socialismo, debido a la diferencia de opinión que tenían respecto a cómo luchar por el poder: mediante la fuerza o mediante los procesos democráticos regulados por la ley. Así, cuando el Estado dio respuesta a las demandas del proletariado por medio de la promulgación del Código del Trabajo en 1931, el anarquismo perdió una parte importante de sus bases y, con ello, su poder para incidir en las políticas públicas relativas a los derechos laborales.
El «Himno de la anarquía», musicalizado sobre la canción nacional chilena, muestra una perspectiva poco observada en los estudios históricos sobre anarquismo en Chile, habituados a una discursividad más bien agresiva. Aunque están extensamente presentes las ideas fuerza de esta corriente, simbolizadas en palabras como «tiranía», «vencedor», «cadenas», «capital», «puño» y «explotar», sobresale como contraparte el uso de frases relacionadas con el verdadero objetivo del fin de la lucha de clases: la libertad, la belleza, la felicidad.
Más aún, el estribillo que, en su texto original, se refiere al sacrificio de pagar la libertad con la vida o el destierro —«o la tumba serás de los libres, o el asilo contra la opresión»—, en la versión anarquista expresa la sensibilidad de captar, a través de la voz luchadora, que la libertad es un don de la naturaleza que le pertenece a la persona humana. De alguna forma, la contrafacta que vinculó al himno anarquista con el himno nacional chileno muestra lo que, a principios del siglo XX, representaba para gran parte de la población el sueño de una tierra en la que imperara la justicia y, finalmente, la felicidad.
Texto
Libertad es el grito sonoro
que resuena en los aires doquier
lo cantaron las aves en coro
y el obrero lo oyó en el taller.
Ya es vencida la ruin tiranía,
ya se apaga su antiguo esplendor
y se alza la bella anarquía,
junto al siervo de ayer, vencedor.
Cuántos siglos de heroica pelea
por romper las cadenas del mal,
por sacar del silencio la idea
y oponerla al feroz capital.
Alza, obrero, sin miedo la frente
ante el déspota avaro patrón,
ya tu hueste pujante y valiente
enarbola su rojo pendón.
No más hambres, cadalso ni leyes,
que levante el gañán su cerviz,
que se acaben los amos, los reyes,
y veamos al hombre feliz.
Nuestros mártires llenos de gloria
a morir como Cristo en la cruz,
señalaron la gran trayectoria
con su rastro de sangre y de luz…
Cada uno ha abierto una brecha
en los flancos del monstruo social,
y en su hazaña gigante una mecha
que hará arder a la hecatombe final.
Si pretende el patrón usurero
nuestro rudo trabajo explotar,
que levante su puño el obrero
y que sepa al ladrón castigar.
Que recoja el servil campesino
su picota, su pala y su hoz,
que deserte del barco el marino,
que levante el humilde su voz.
¡Pobre pueblo!, es tu patria una feria,
es tu ruina el parásito vil,
es tu madre la triste miseria
y tu lecho un infecto cubil.
Afrentosa es la ruin servidumbre
en que yacen tus hijos sin pan,
mientras gasta y derrocha en la cumbre
a su antojo el feliz holgazán.
Esos grandes, ¡oh, pueblo!, esos bravos
—Perowskaya, Etievant, Ravachol—
han legado a tus hijos esclavos
la bandera de sanre del sol.
¡Y han seguido sus fúlgidas huellas
en su trágica lucha sin fin,
a la luz de las altas estrellas
Anguiolillo, Zolá y Bakounin!
Recursos descargables
- Partitura con texto y comentario crítico: Himno de la anarquía – I. Partitura
- Texto de “Himno de la anarquía” publicado en «Cancionero revolucionario» (1925): Himno de la anarquía – II. Texto «Cancionero revolucionario» (1925)
- Partitura de la canción nacional de Chile: Himno de la anarquía – III. Canción original «Himno nacional»